virgen_desatanudos1. Señal de la Cruz:

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”

2. Acto de Contrición:

“Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna, amén”

(Pedimos por nuestros pecados y hacemos el firme propósito de Confesar nuestras faltas graves).

3. Oración Inicial e Intenciones

“Santísima Virgen Maria que desatas los nudos, te ofrezco esta novena pidiéndote por las siguientes intenciones…”
(Agregamos nuestras buenas intenciones)

4. Inicio del Santo Rosario

Iniciamos las tres primeras decenas del Santo Rosario, cada una en el siguiente orden:

  • Padre Nuestro:

“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal, amén”

  • Ave María (diez veces):

“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte, amén”

  • Gloria:

“Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén”

5. Oración del Día Cuarto

Lectura Bíblica:
“Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido… fueron rápidamente y encontraron a Maria y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo contaron lo que había oído decir de este niño… mientras tanto, Maria conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón.”
(Lucas 2, 15-19)

Reflexión:
Es nuestra misión como cristianos y como miembros de una misma Iglesia, el difundir a todo el mundo la Buena Noticia del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Para esto debemos alimentarnos permanentemente de su palabra en la Santa Misa y, al igual que Maria, guardarla y meditarla en nuestro corazón.

Con mucha fé, realizamos una meditación y una oración personal a Jesús y La Virgen en voz alta, o bien pueda en silencio.

6. Santo Rosario (continuación)

Finalizamos con las dos últimas decenas del Santo Rosario, cada una en el siguiente orden:

  • Padre Nuestro:

“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal, amén”

  • Ave María (diez veces):

“Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte, amén”

  • Gloria:

“Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén”

7. Oración Final a la Virgen Desatadora de Nudos

Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces mas claros los lazos que nos unen al Señor.

Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.

Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios, para que libres de toda confusión y error, los hallemos en todas las cosas, tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.

En el nombre de Dios, amén!